Land Acknowledgement
Reconozco humildemente que vivo y ejerzo como doula de parto y posparto en las tierras ancestrales de los ohlone, muwekma, miwok y las Aldeas Confederadas de Lisjan. Estos territorios sagrados han sido custodiados con cariño por los pueblos indígenas durante generaciones, y honro su perdurable presencia, sabiduría y resiliencia.
Al apoyar los caminos sagrados del nacimiento y la sanación en esta tierra, lo hago con profunda reverencia y amor por ella. Este lugar me sostiene, me enseña y continúa nutriendo la vida en todas sus formas. Agradezco cada día la oportunidad de vivir, respirar y practicar en relación con esta tierra.
También llevo conmigo la presencia de mis antepasados, cuya fuerza, espíritu y tradiciones guían mi trabajo. Honro la forma en que nutrieron la vida, la comunidad y las ceremonias a través de generaciones y a través de la distancia.
Que todos recordemos que nuestra sanación y liberación se basan en el recuerdo, la reciprocidad y la reverencia. Sigamos enalteciendo las voces indígenas, honrando nuestras historias compartidas y caminando con dulzura, guiados por el amor, el respeto y la responsabilidad.
Con todo el corazón, ofrezco este reconocimiento a la tierra, a esta práctica y a nuestras comunidades locales y globales, siempre.
Reconocimiento de Tierras
Reconozco humildemente que vivo y práctico como doula de parto y posparto en las tierras ancestrales de los pueblos Ohlone, Muwekma, Miwok y las Aldeas Confederadas de Lisjan. Estas sagradas han sido cuidadas con tierras con amor por los pueblos indígenas durante generaciones, y honro su presencia continua, su sabiduría y su resiliencia.
Mientras acompaño los viajes sagrados del nacimiento y la sanación en esta tierra, lo hago con profunda reverencia y amor por este territorio. Esta tierra me sostiene, me enseña y sigue nutriendo la vida en todas sus formas. Estoy profundamente agradecida por la oportunidad de vivir, respirar y practicar en relación con ella.
También llevo conmigo la presencia de mis propios ancestros, cuya fuerza, espíritu y tradiciones guían mi trabajo. Honro la manera en que ellos también cuidaron la vida, la comunidad y el ritual a lo largo de generaciones y distancias.
Recordemos que nuestra sanación y liberación están profundamente arraigadas en la memoria, la reciprocidad y la reverencia. Sigamos elevando las voces indígenas, honrando nuestras historias compartidas y caminando con amor, respeto y responsabilidad.
Con el corazón lleno, ofrezco este reconocimiento a la tierra, a esta practica ya nuestras comunidades locales y globales—siempre.